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Por qué contar historias en e-learning

Desde pequeños comenzamos a relacionarnos con la vida a través de historias y cuentos. Son una forma de conocer el bien y el mal, otras formas de vida, culturas, resolver conflictos que no hemos experimentado, etc.

El interés por saber el final de la historia, qué le ocurre al protagonista, qué sorpresas o misterios aguardan durante la lectura, nos mantienen en vilo y nos motiva.

Las historias nos enseñan

¿Cuántos cuentos recuerdas? ¿Te gustaba escuchar siempre los mismos?
Cuando crecemos no somos tan diferentes como a veces pensamos, nos siguen enganchando las historias que nos cuentan intrigas, sucesos, catástrofes, etc.

Las historias generan Engagement (compromiso/implicación)

¿Cuántas series estás siguiendo ahora? ¿Cuántos libros estás leyendo?
Las historias nos producen un estado mental de completa absorción e implicación, centrando todos nuestros sentidos y disfrutando de la misma. El psicólogo Csíkszentmihályi nos cuenta en su teoría del Flow (Flujo) que se trata de un estado óptimo de motivación intrínseca.

Las historias motivan por placer

¿Qué elementos tienen las historias que favorecen la enseñanza y el aprendizaje en formación?
En el storytelling o el arte de contar historias encontramos cuatro elementos fundamentales conectados con la gamificación o ludificación:

Primer elemento: Un héroe o heroína con el que nos sentimos identificados (protagonista) y al que quisiéramos imitar en el mundo real. El famoso escritor J. Campbell nos cuenta que hay un patrón narrativo en las historias que se repite en todas, lo que se denomina la tríada:

  • 1. Separación del mundo ordinario
  • 2. Iniciación a la aventura
  • 3. Retorno al mundo real.

Imagina… Una formación sobre prevención de riesgos laborales, en la que el protagonista trabaja en una oficina en la que ocurre un accidente y tiene la oportunidad de viajar al pasado buscando las claves que han provocado la catástrofe, evitando así que ocurra en el presente.

Segundo elemento: Un avatar con el que nos sintamos héroes o heroínas de esa historia. Además, si damos la oportunidad de ser otra persona, tener otra apariencia, superpoderes o incluso vernos reflejados físicamente en el mundo virtual, favorecemos un cambio de perspectiva con respecto a nuestra realidad, influirá positivamente en nuestro comportamiento en el mundo laboral.

Imagina… Ahora imagina, en el ejemplo del curso de prevención, que puedes elegir ser un chico o una chica y entre una serie de poderes: conocimiento de la normativa, gafas que te permiten ver los errores cometidos en el accidente, poder que te permita transportarte al pasado, etc.

Tercer elemento: Las historias contienen retos o misiones que quien las protagoniza debe resolver. Si conectamos estos retos con los objetivos de aprendizaje del curso conseguiremos incrementar la sensación de logro, de victoria y haremos que aprender sea un camino hacia la superación.

Imagina… En el ejemplo del curso de prevención, imagina que uno de los retos o misiones es evitar que un trabajador tenga un accidente, aplicando para ello los conocimientos que acaba de adquirir en la unidad. Es el momento de demostrar que con lo aprendido se puede salvar una vida, por ejemplo.

Cuarto elemento: Y siempre que se supera un reto o una misión en una historia, quienes la protagonizan reciben una recompensa o premio proporcional al rendimiento conseguido. Por ejemplo, Dorothy vuelve a casa o Alicia que se despierta del sueño y vuelve a la realidad con su familia, ambas con una serie de enseñanzas aprendidas.

Imagina…En el curso de prevención podemos recompensar a sus participantes de diferentes formas: insignia al superar un bloque de contenidos, por empezar el curso, por acabarlo, por sorpresa al superar un ejercicio o un reto, en base al rendimiento (pueden ir acumulando medallas hasta conseguir un trofeo), etc.
Todo ello, a través de una estética (gráfica/imagen) acorde con la materia y el público objetivo del curso.

En definitiva… Las historias nos cuentan a través de palabras y de imágenes una serie de acontecimientos. Así se favorece el pensamiento visual o Visual Thinking, es decir, la utilización de los dos hemisferios del cerebro:

  • Izquierdo racional o verbal, que utiliza la palabra.
  • Derecho intuitivo o visual, que utiliza imágenes.

Empleamos así ambos hemisferios para entender, aprender y recordar la historia. Dan Roam nos lo explica en este pequeño vídeo “Be double minded“.

¿Quieres motivar a tus empleados, a tus estudiantes?

¡En Educativa podemos ayudarte! Atrévete a contar historias nuevas y emocionantes. Creemos en el poder de las historias para motivar hacia el aprendizaje, para hacer de este una experiencia memorable, que permanezca en el tiempo y pueda aplicarse directamente al puesto de trabajo.

¡En resumen!Hemos preparado esta infografía para que puedas consultar rápidamente:

¡Descargate esta infografía aquí!

Autora: Amaranta Morel
Jefa de Proyectos especializada en Diseño Instruccional y Gamificación

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